DOS REGALOS PARA NUESTROS HIJOS:
Los padres siempre deben cultivar el espíritu de sus hijos, alimentar valores, principios, pero a la vez, darles espacios para que los ejerciten, con prudencia.
Dos regalos que siempre agradecerán: raíces profundas, principios sólidos y también alas para que puedan volar habiendo asimilado éstos.
¿Qué tan profundas son las raíces de nuestros hijos y qué tan alto vuelan? Todo un examen de conciencia.
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