ecer allí. Es, no acostumbrarse a estar ahí. Saber que es necesario atravesar ese lugar para poder conquistar la tierra prometida. La tierra prometida es el lugar donde crecerás, te multiplicarás, expandirás tu territorio y cosecharás frutos en abundancia. Es el lugar donde no padecerás de hambre ni de frío, el lugar donde testificarás que has visto su gloria y sus milagros en tu vida. Pero nunca olvides que la antesala, lo que te preparó para alcanzar tu tierra prometida fue el desierto por donde atravesaste. Porque allí aprendiste a depender totalmente de él. Allí comprendiste que si no hubiera sido por su gracia no hubieras sobrevivido ni un día, pero porque Dios estuvo contigo en todo el camino, puedes decir victorioso y seguro… Él Dios Poderoso Siempre Ha Estado Ahí y me ha dado mucho más de lo que yo esperaba o imaginaba.
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